Comentario
Los cerca de 1.000 pueblos diferentes que existen en África hacen difícil hablar de un sólo y único tipo de vivienda tradicional. Aún así, se advierten ciertas características comunes que permiten ofrecer unas pocas generalizaciones respecto a las actitudes que inspiraron su arquitectura. La construcción de la propia casa constituía una tarea que implicaba a todo el grupo familiar, debiendo consagrar a la vivienda un gran esfuerzo. La casa es un símbolo de la familia y una herramienta imprescindible para su sentimiento de identidad. Las viviendas solían formar un conjunto de edificios similares, conectados mediante una pared o cerca, donde cada edificio venía a ser una estancia de la casa madre y contaba con una cocina, un dormitorio, un almacén, etc.
La forma de las casas tradicionales africanas varía a lo largo del continente. Generalmente cada casa integra un conjunto de edificios o habitaciones, rodeados por una cerca. Las viviendas de los nupe, de Nigeria, son conjuntos de edificios de barro, de planta redonda, encerrados en murallas de barro. Las casas comprendían normalmente una habitación para cada esposa, así como para hijos solteros y visitantes. Las viviendas más pequeñas solían apoyarse en unas piedras de soporte.
También un esquema circular siguen los pueblos zulúes del sur de África. Las viviendas se situaban en el interior de dos vallas concéntricas. El círculo interior servía para guardar el ganado. Las casas consistían en un armazón de aros recubierto con esteras y hierba seca.
Los pueblos nuba, del Sudán, construyen agrupaciones de viviendas siguiendo un esquema anular. Las edificaciones estaban conectadas por medio de murallas. Las casas eran de arcilla roja, apoyadas en grandes piedras.
Los yoruba nigerianos construyen sus casas, hechas de barro y grava, alrededor de uno o varios patios. Los laterales de las habitaciones que daban a los patios solían ser abiertos, y se disponían entre postes ricamente tallados.
Las viviendas de los somolo de Burkina Faso son más complejas, aglutinando varios edificios circulares. Con varios pisos y paredes de barro y grava, los tejados son de hoja de palma. En estas casas podía haber hasta 20 habitaciones.
Por último, las viviendas de los ashanti de Ghana presentan una mayor riqueza ornamental. Sus casas, con tejados de palma a dos aguas, estaban dispuestas alrededor de un patio, rodeado por cuatro habitaciones unidas entre sí por un tabique. Las paredes y los pilares solían estar recubiertas por complicados relieves geométricos.